Los temores de nuestros padres.

   Un estudio reciente ha demostrado que los ratones que temen al olor de un gato pueden pasar este miedo a sus hijos y hasta sus nietos. Este mecanismo implica a un gen del receptor olfativo activado por el olor que conduce a aumento de la sensibilidad al olfato. Si bien hay un montón de trabajo por hacer antes de que se expliquen los llamados miedos innatos, el mecanismo propuesto es convincente cuando se considera la ventaja evolutiva de pasar por el temor de que puedan afectar a la supervivencia.

 

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   Utilizando estudios moleculares para el olfato, se analizó la herencia de exposición traumática de los padres, un fenómeno que se ha observado con frecuencia, pero no se entiende. Se sometieron ratones padres a olor de gato para condicionarles miedo antes de la concepción y se encontró que las generaciones posteriormente concebidas de hijos y nietos tuvieron un mayor incremento en la sensibilidad y miedo al olor que los padres.

 

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